jueves, 29 de enero de 2009

Gritos, gritos y un iracundo latido


Estoy atrapada en mi propia felicidad,
el regazo que por tanto tiempo me protegió
ahora embiste contra mi.

No soporto más ¿Por qué condenan mi inocencia?
Intenté no fallar y a su lado siempre estuve,
ahora que mi convicción se quiere suicidar
decidieron menoscabarme enviándome al final.

Finiquitar es la palabra que gira en mi cabeza,
dejar de sentir, olvidar y sucumbir
son mis deseos y a la vez mis miedos
¿Qué más puedo confesar? eso es los más concreto
que mi alma alcanzó a mencionar.

Un día en este lugar se convierte en una tortura
si sola debo luchar contra los que esperan
que tropiece, para reprocharlo sin vacilar.

Una noche sin sufrimientos no es posible
en estos momentos,
además el día con lamentos es eterno
y de segundos lentos.


Así me siento, estoy cansada de todo. De mi familia, de lo que hago, de fingir y por sobretodo de mi. Siempre debo ser fuerte, lo soy, muchos me necesitan y se apoyan en mi, no puedo fallarles, pero en estas condiciones no puedo ayudarme ni a mi.

Quiero cerrar los ojos y no abrirlos más, necesito apoyarme en alguien y meditar, decidir al fin y continuar.

1 comentario:

Armandístico dijo...

he vuelto de muy lejos, para decirte, es hora de tomar un tiempo.

un timepo para darte cuenta de cosas que has dejado por solo preocuparte de los demas, date algo a ti misma, date cuenta que no solo hay gente que nesesita q la ayudes, tambien hay gente que quiere ayudarte.


Date cuenta de lo q el mundo te da ademas de ver lo que tu le puedes dar..

cuidate

volvi