miércoles, 3 de diciembre de 2008

Abrazos Gratis


Un día cualquiera iba caminando por el centro de la ciudad con una amiga, sin un rumbo determinado, vagando por la vida. Una extraña con un aspecto afable nos ofreció un abrazo y solo pensé ¡Quiero salir de aquí!. Unos metros más adelante el remordimiento me dejó paralizada; en una rápida reflexión la curiosidad se hizo imperiosa, y bastaron unos segundos para estar de vuelta junto a esa extraña. Agilmente describió cual era su labor allí. Junto a ella otros jóvenes ofrecían abrazos gratis. Aquella tarde encontré algo que hacer, fue divertido. Sentía una extraña emoción, deseaba quedarme eternamente, mi ser interior brincaba energéticamente, pero mi cuerpo se desvanecía, las fuerzas se alejaban, y la batalla que ambas formaban me agotaba aún más.


A partir de ese día, experimento aquella sensación cada sábado. Quizás muchos lo ven con desprecio y no los puedo juzgar mi reacción fue cobarde al principio, pero ahora comprendo el significado de un abrazo. Es una necesidad, es la forma en que liberas alegría que se vuelve inagotable, es un sentimiento recíproco que te conecta con personas que deambulan como forasteros, al igual que yo, y se llevan una grata sorpresa al recibir un simple abrazo, pero ocultamente es una gran caja con energías positivas, amor y felicidad.


Aquel afecto es dificíl de especificar, pues conlleva a sensaciones inexplicables, duraderas y confortables. Por eso los invito a convertir ese reflejo en una filosofía de vida...

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